Una de las mayores deudas en cuestiones de género tiene que ver con la brecha existente en el mundo empresarial. No es una cuestión de un país, sino una realidad del mundo; y es importante hablar y debatir sobre maneras existentes de combatir esta problemática. Por esta razón -y en marco del Mes de la Mujer- cerca de 300 personas de América Latina se reunieron de forma virtual para reflexionar sobre el lugar de la mujer en los espacios laborales.
El evento fue organizado por el acelerador digital Neoris. Bajo el lema #AlzaTuVoz, 10 referentes de empresas de diversas áreas contaron sus experiencias en el ámbito del trabajo y expusieron acerca de los desafíos de sus industrias y de cómo construir una estructura que promueva el empoderamiento femenino, tanto profesional como personal. “Las mujeres, en cualquier trinchera en la que estemos, debemos y podemos ser una fuente de inspiración. Felicito esta iniciativa de levantar tu voz. Pero además de alzar tu voz, siéntate en la mesa de toma de decisiones”, aconsejó Martha Herrera, secretaria de Igualdad e Inclusión Social del gobierno de Estado de Nuevo León, México.
Empoderamiento de la mujer en el trabajo
Que las mujeres estén también presentes en la toma de decisiones, entonces, es norte. Pero para lograr esto, las empresas deben reflexionar sobre su estructura y “los cambios necesarios para que la inclusión sea una idea presente en todos los entornos”, expresó Herrera. “La equidad de género solamente se garantiza cuando hay programas, procesos o recursos para respaldarla”, advirtió.
Entonces, ¿cómo sería posible conseguir este objetivo? La funcionaria subrayó que es imprescindible diseñar un modelo sostenible y propio de la empresa para el empoderamiento. Esto -aseguró- incluye un compromiso desde la alta dirección que se impulse en todos los roles y áreas de la organización. Otro factor clave es promover la educación, formación y desarrollo profesional de las mujeres para que califiquen a ocupar puestos jerárquicos altos y ser parte de la toma de decisiones que las afectan.
Pero eso no es todo. Herrera aseguró que también se necesita realizar un seguimiento para seguir mejorando. Además, se debe contar con un “tronco” que sustente el cambio, es decir, el desarrollo de mentalidad, actitudes y acciones diarias sobre la inclusión en todos los sectores. La equidad -expresó- no es una decisión administrativa que viene de arriba, ni puede instalarse de un día para el otro; es una construcción en equipo. Las prácticas e iniciativas de este tipo afectan a las trabajadoras y su progreso se logra cuando las mismas mujeres las reproducen como parte del entorno laboral.